Letra
A

ANESTESIA

La anestesia es un procedimiento médico general utilizado para eliminar el dolor causado en las cirugías  o cuando se requiere inmovilizar al niño para realizar un procedimiento. Hay tres clases de anestesias: local, regional y general.

La anestesia local

Consiste en aplicar una sustancia anestésica que elimine los impulsos nerviosos a la zona inyectada. Con este procedimiento se realizan suturas de heridas pequeñas. 

La anestesia regional 

Consiste en introducir la sustancia anestésica en zonas donde pasan nervios grandes que inervan determinadas zonas o partes del cuerpo. Mediante el bloqueo de estos nervios, se causa la anestesia de las zonas que se desea operar; por ejemplo la anestesia peridural, la anestesia caudal, etc. 

La anestesia general 

Se aplica un anestésico, ya sea intravenoso y/o un anestésico en forma de gas, el mismo que produce a más de la eliminación del dolor, una hipnosis controlada con lo que se puede operar al paciente con toda seguridad.

Antes de la anestesia es indispensable realizar una evaluación pre-anestésica. En ésta se realiza una conversación entre el médico Anestesiólogo, el paciente y sus padres. Se conoce sobre todo el historial médico, los hábitos, alergias, medicación o tratamientos que pueda estar recibiendo el paciente. Es muy importante realizar un examen completo para determinar su estado general, lo  que permite escoger el procedimiento más adecuado para la anestesia.

En pediatría, es muy utilizada la anestesia  general. Las anestesias regionales son también utilizadas, pero son aplicadas en pacientes previamente anestesiados con general. Estas se utilizan sobre todo para aliviar el dolor post-operatorio, cuando la intervención quirúrgica  ha sido realizada en la parte baja del abdomen o en extremidades inferiores.

Todo procedimiento anestésico regional o general requiere que el paciente esté en ayunas por lo menos cuatro horas antes de la intervención. Es importante que el estómago se encuentre vacío para evitar que durante, y sobre todo al inicio de la anestesia, el paciente  vomite. 

El vómito en un paciente dormido puede complicar la anestesia si el contenido del estómago se dirige hacia los pulmones y produce una aspiración. Esta complicación se la puede evitar si se tiene una estricta colaboración de los padres para el cumplimiento del ayuno antes de la anestesia. En los casos de emergencia en que se necesita operar inmediatamente es importante indicar al médico cuando fue la última vez que el paciente se alimentó, qué y en qué cantidad.

La mayoría de anestesiólogos utilizan el mismo día de la intervención quirúrgica una medicación sedante, que permita ingresar al quirófano tranquilo, facilitar el inicio de la anestesia y evitar que se produzca el estrés de la separación temporal de los padres.

En el quirófano se inicia la anestesia con la aplicación de una mascarilla, lo cual fue previamente explicado en la entrevista de la evaluación pre-anestésica, de tal forma que en la mayoría de los casos este procedimiento es bastante bien aceptado.  Una vez dormido el paciente con el efecto de los gases anestésicos, se procede a colocar todos los monitores que le proveen al Anestesiólogo los datos que informan de la respuesta del paciente ante los gases anestésicos. Éstos son: monitoreo de las contracciones del corazón mediante un electrocardiógrafo, de la concentración del oxígeno en la sangre con un oxímetro de pulso, de la eliminación del anhídrido carbónico mediante un capnógrafo, de la temperatura, de la eliminación de orina, y de la relajación muscular. Todo este monitoreo sirve para asegurar que la anestesia transcurra de manera adecuada y segura. Cualquier variación en los datos normales en el niño, activa una alarma en el aparato, lo que le permite al anestesiólogo hacer los cambios correspondientes en el mínimo de tiempo posible hasta corregir a los valores que el paciente necesita. Con estos adelantos, la posibilidad de accidentes anestésicos se reduce a un porcentaje mínimo.

Colocados los equipos de monitoreo se procede a canalizar una vena, la misma que sirve para hidratar al paciente y para  administrar la medicación que sea necesaria durante y luego de la operación.

La anestesia general puede administrarse, ya sea utilizando una mascarilla sobre la boca y nariz, sobre la laringe o través de un tubo endotraqueal. 

Se recomienda una intubación traqueal cuando los procedimientos quirúrgicos son de larga duración, o cuando la intervención es en la cara de forma que interfiera con el manejo de la vía aérea, como por ejemplo: extirpación de las amígdalas, adenoides, corrección de huesos  propios de la nariz, etc.

La intubación endotraqueal es un procedimiento que consiste en colocar un tubo a través de la boca o de la nariz que conecte con la tráquea. Este procedimiento asegura la permeabilidad del paso del aire con oxígeno desde la máquina de anestesia hacia los pulmones, garantiza una buena oxigenación y un buen control en la respiración. A diferencia de los temores que causa en los padres el oir el término de intubación, una vez intubado el niño, que en manos entrenadas no implica mayor problema su realización, se controla de manera mucho más segura la vía aérea. 

Concluida la intervención quirúrgica, el niño es trasladado a la sala de recuperación donde permanece hasta que se restablezca completamente de la anestesia y donde también se le administra la medicación necesaria para aliviar el dolor, mantenerlo tranquilo y evitar el vómito.  En este período el niño presenta mucha náusea o vómito. Tan pronto como el niño esté completamente estable y despierto se le trasladará a su habitación.

En la mayoría de cirugías ambulatorias, es decir que requieran sólo de horas de hospitalización, en lo que hoy llamamos hospital del día, se puede reiniciar la alimentación rápidamente ya que el intestino no ha sido movilizado ni afectado. Una vez restablecido el tránsito intestinal, con buena tolerancia de alimentación por vía oral, es factible enviar al paciente a su casa.

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