ANTICONCEPCIÓN
Según estadísticas de diferentes países, ahora se sabe que las relaciones sexuales entre jóvenes y adolescentes de ambos sexos se inician cada vez a edades más tempranas. Las cifras son tan llamativas como que el 70 por ciento de chicas y el 90 por ciento de chicos solteros menores de 19 años ya han tenido relaciones sexuales. Desafortunadamente la mayoría de ellos se inicia en la actividad sexual sin tener información lo suficientemente clara como para evitar los riesgos de contraer enfermedades como la hepatitis B, sífilis, gonorrea o sida, o prevenir adecuadamente un embarazo no deseado.
Para aquella población joven que, a pesar de recibir una educación adecuada en la que se debería inculcar la abstinencia prematrimonial, se inicia en la actividad sexual, es importante el conocimiento acerca del uso de anticonceptivos. Una adolescente con actividad sexual regular tiene un 70 por ciento de posibilidades de quedar embarazada el primer año, si no emplea alguno de los métodos anticonceptivos que se detallan a continuación. Es siempre importante el consejo del médico antes de su empleo.
Éste continúa siendo el método ideal, más seguro y más frecuente de control de natalidad en adolescentes. Es libre, 100 por ciento eficaz y sin efectos secundarios. Requiere de un alto grado de autoestima, autocontrol y confianza en uno mismo, que al parecer muchos adolescentes han perdido.
Las píldoras anticonceptivas tienen la tasa de fracaso más baja entre los métodos anticonceptivos no quirúrgicos, si se toman de manera regular. Están compuestas de una combinación de hormonas en concentraciones bajas, que actúan impidiendo la ovulación. Deberían ser siempre prescritas por el médico quien explicará a la joven la manera adecuada para su empleo, los riesgos, los efectos colaterales y despejará cualquier inquietud que ella pueda tener. No se podrán usar en las siguientes circunstancias: a) embarazo, b) enfermedades del hígado, c) sangrado uterino sin causa conocida, d) cáncer de mama o útero, e) colesterol alto, f) hipertensión arterial, g) diabetes, h) migraña. Entre los efectos indeseables podemos citar los siguientes: 1) olvido de tomar las píldoras con el consiguiente riesgo de embarazo, 2) náusea, 3) ganancia de peso, 4) dolor en los senos, 5) acné.
No es de elección para las adolescentes por el riesgo de infección, embarazo extrauterino y posiblemente esterilidad. Su empleo sólo debe considerarse en adolescentes mayores, con una sola pareja sexual, y sin antecedentes de infección pélvica.
Cuando se utilizan de manera adecuada su eficacia, en el control de la natalidad, puede aproximarse a la de las píldoras. Su disponibilidad cada vez más amplia, y la capacidad para prevenir enfermedades de transmisión sexual, son sus mayores ventajas.
Presenta pocos efectos secundarios, pero su uso adecuado requiere de cierta pericia para manipular los genitales propios.
Es la interrupción brusca de la relación sexual justo antes de la eyaculación. Es el método más empleado entre adolescentes, pero el menos eficaz, ya que antes de la eyaculación franca se han liberado cantidades variables de esperma dentro de la vagina con el consiguiente riesgo de un embarazo.
Consiste en abstenerse de tener relaciones sexuales en aquellos días previos y posteriores al día previsto para la ovulación. Los ciclos irregulares y el escaso conocimiento entre las adolescentes respecto al ritmo de ovulación, hacen de este método muy poco aplicable en este grupo de edad.
Los anticonceptivos de emergencia son métodos para evitar el embarazo después de haber tenido relaciones sexuales sin la protección adecuada. La anticoncepción de emergencia no protege contra enfermedades de transmisión sexual. La anticoncepción de emergencia se puede utilizar cuando se rompe un condón, después de una violación o en cualquier caso de relaciones sexuales no protegidas. Si la persona es activa sexualmente o planea tener relaciones sexuales, no use los anticonceptivos de emergencia como su única protección contra el embarazo, ya que la anticoncepción de emergencia no es tan efectiva como un método de anticoncepción continua.
- Pastillas anticonceptivas de emergencia
- La T de cobre
Hay dos tipos de pastillas anticonceptivas de emergencia. Un tipo no es más que pastillas anticonceptivas ordinarias que contienen unas hormonas llamadas estrógeno y progesterona , el otro tipo de pastilla contiene sólo la hormona progesterona; este tipo es más efectivo que el primero, y el riesgo de náuseas y vómito es menor.
Algunas personas llaman a las pastillas anticonceptivas de emergencia las pastillas de la mañana siguiente. Pero no se tiene que esperar hasta la mañana siguiente. Puede tomar las píldoras inmediatamente o hasta tres días después de haber tenido relaciones sexuales sin protección. La terapia es más efectiva cuanto antes se inicie dentro de las primeras 72 horas luego de haber tenido una relación . La segunda dosis se debe tomar 12 horas después de la primera dosis. Cada dosis contiene 1, 2, 4, ó 5 pastillas, dependiendo de la marca. Las pastillas anticonceptivas de emergencia requieren una receta. Consulte con su ginecólogo.
Para evitar un embarazo, la T de cobre (dispositivo intrauterino o DIU) se puede insertar dentro de los primeros 5 días después de haber tenido relaciones sexuales sin protección.
La inserción de la T de cobre es mucho más efectiva que el uso de las PAE o de las minipíldoras, ya que reduce el riesgo de embarazo a consecuencia de relaciones sexuales sin protección, en más de un 99%. Además, el dispositivo se puede dejar en su lugar para proporcionar un efecto anticonceptivo continuo hasta por 10 años. Sin embargo, los DIU no son lo ideal para todas las mujeres. Consulte con su médico.