HEMORRAGIAS
Es el término que se emplea para expresar la salida más o menos copiosa de sangre debido a una ruptura accidental o espontánea de los vasos sanguíneos.
La hemorragia se la clasifica dependiendo del sitio que sangra.
Las hemorragias digestivas se clasifican en hemorragias altas cuando sangra el estómago o el duodeno y se caracterizan por vómito de sangre rojo rutilante y deposiciones negras color de brea llamadas "melenas" como ocurre en los sangrados digestivos profusos por úlceras gástricas o del duodeno.
Las hemorragias digestivas bajas son las que se producen a nivel del intestino delgado o del intestino grueso, recto y ano y se caracterizan por la presencia de deposiciones sanguinolentas, con moco y sangre o de pintas o estrías de sangre. La invaginación intestinal aguda que se presenta frecuentemente en lactantes entre 6 meses y 2 años de edad, es una enfermedad que se caracteriza por presentar crisis de dolor agudo asociada a deposiciones sanguinolentas con aspecto de "jalea de grosellas". En estas condiciones es importante llevar lo antes posible a emergencia a su niño y consultar con su médico de cabecera.
Otras enfremedades sangrantes en el niño pueden ser malformaciones como el divertículo de Méckel, pólipos intestinales y también la frecuente alergia intestinal a la leche de vaca en niños lactantes que se presenta con sangrados digestivos bajos abundantes de sangre obscura a incluso roja rutilante, y se caracterizan porque el niño no presenta ningún dolor.
Las hemorragias por enfermedades del recto y del ano, como son las fisuras del ano y/o várices externas, son dolorosas y se asocian a sangrados poco abundantes pero persistentes posteriores a una deposición generalmente compacta o dura por estreñimiento.
El sangrado nasal llamado por los médicos "epistaxis" es muy frecuente sobre todo en los niños preescolares. Esta condición no es ni anormal ni peligrosa pero puede alarmar mucho sobre todo si el sangrado corre por la parte posterior de la nariz, es deglutido por su niño produce vómito sanguinolento y se lo puede confundir con hemorragia digestiva.
Las principales causas de sangrado nasal son:
1. Las gripes y alergias que producen hinchazón e irritación de la mucosa de la nariz y llevan a un sangrado espontáneo.
2. El traumatismo muy frecuente ya sea por golpes directos con balón, caídas o peleas, o traumatismo debido a laceraciones con la uña o laceraciones con cuerpos extraños, o traumatismos causados por sonarse muy fuertemente la nariz .
3. Ambientes muy secos o con mucho humo ya sea en las casas o en épocas de verano también pueden resecar la nariz de sus niños y hacerlas más propensas al sangrado.
4. Ambientes expuestos al humo de cigarrillo también pueden irritar la nariz de sus niños. Existen también condiciones patológicas como anomalías de estructura nasal o crecimientos anormales de lesiones en la mucosa como pólipos o alteraciones en la coagulación que pueden desencadenarse con la toma de medicamentos como la aspirina o algunos anti-inflamatorios que causen sangrado nasal.
Mantenerse calmada, sentirse segura ya que usted sabe que el sangrado nasal es llamativo y escasamente serio.
Mantenga a su niño en una posición sentada o de pie con una ligera flexión de cabeza hacia delante.
Trate de hacer que su niño se suene la nariz muy despacio, si es que comprende órdenes verbales.
Presione la parte inferior de la nariz de su niño, no en la zona del hueso nasal, y manténgalo firmemente entre el pulgar y el índice por unos 10 minutos.
Los niños mayores pueden hacer esto ellos mismos.
No suelte la presión antes de cumplir el tiempo y comprobar si el sangrado ha parado, porque lo más probable es que empiece a sangrar de nuevo. Luego de los 10 minutos indicados puede soltar y comprobar si ya ha dejado de sangrar. Si persiste este sangrado presione nuevamente y si el sangrado persiste por una segunda ocasión es preferible acudir a una emergencia.
Sobre todo no entre en pánico porque puede asustar a su niño.
No haga que se acueste ni que extienda su cabeza hacia atrás.
Se puede introducir una punta de gasa estéril o de papel suave con algún vasoconstrictor que contenga "pseudoefedrina" para tratar de parar el sangrado.
Presione por 10 minutos más y si el sangrado paró deje otros 10 minutos la gasa antes de removerla.
Prevenga el sangrado manteniendo hidratada la nariz mediante la instilación frecuente de solución salina llamada también suero fisiológico o la aplicación de vaselina.
Llame a su pediatra si el sangrado proviene de la nariz y la boca del niño tiene mucha sangre, o si el niño presenta tos o vómito con sangre, o si el niño empieza a perder mucha sangre y está pálido sudoroso o mareado.
En estos casos es importante que lleve al niño con su médico para que éste lo examine luego de remover todos los coágulos de la nariz, succionarlos y aplicar medicación que produzca el cierre de los vasos sanguíneos.
Generalmente el uso de substancias químicas en la mucosa de la nariz hace parar el sangrado. En otros casos es necesario realizar un taponamiento nasal por 24 horas.
Las hemorragias traumáticas resultantes de la sección de uno o varios vasos por contusión, herida o punción son las más frecuentes. Cuando son externas, éstas pueden ser sangrados sólo de los tejidos con traumatismo de pequeñas venas y arterias de muy bajo calibre lo que produce una hemorragia difusa pero no abundante y rápidamente controlable.
Cuando los accidentes suceden en zonas en donde atraviezan vasos sanguíneos importantes como por ejemplo en las ingles, en el cuello o a nivel de los pliegues anteriores del codo puede haber sección y corte o sólo corte de las venas y de las arterias lo que produce un sangrado abundante.
En las hemorragias de los miembros, debidas a traumatismos con o sin fracturas, no está indicado la aplicación de torniquetes. Aplicar únicamente, en la zona de la herida, una compresa lo suficientemente grande para cubrir toda la zona y controlar el sangrado mediante una firme presión hasta llegar al primer centro de emergencia.
La utilización de torniquetes produce una mala perfusión es decir una mala llegada de sangre hacia los tejidos distales del miembro, lo que lleva a una isquemia, es decir una falta de oxigenación de los tejidos y a la vez congestiona el retorno venoso normal a través de otras venas que se encuentran en buen estado.
Los traumatismos de órganos abdominales internos sobre todo de aquellos que son sólidos como el hígado el bazo y los riñones pueden producir lesiones con hemorragias internas difíciles de predecir.
Sospechar que existe una hemorragia interna, en todo niño luego de haber sufrido un accidente con traumatismos contusos fuertes a nivel del abdomen o el tórax, en el que exista:
- Palidez muy marcada
- Sudoración y sed
- Un estado de confusión que progresivamente lo lleve a una pérdida del conocimiento.
En todo los casos de hemorragia, la principal complicación es la pérdida aguda y abrupta de sangre, lo que hace colapsar el sistema circulatorio llevando inmediatamente a un estado de shock con paro respiratorio y paro cardíaco. En estas situaciones extremas el control de sangrado directamente y la aplicación de soluciones intravenosas oportunamente puede salvar la vida del paciente.
Generalmente en los niños es producida por lesiones traumáticas como golpes, caídas, a horcajadas por ejemplo sobre el manubrio de la bicicleta. Las lesiones por abuso sexual producen también sangrados.
Adolescentes con alteraciones en la menstruación pueden presentar sangrados muy abundantes y frecuentes por alteraciones hormonales. Consulte con su médico inmediatamente.