HEMORROIDES
Las hemorroides son várices de las venas hemorroidales que se encuentran en el ano y el recto. Pueden estar situadas por fuera del esfínter anal: las hemorroides externas, o por dentro y encima del esfínter: las internas. Es frecuente encontrar hemorroides mixtas tanto internas como externas.
La causa más frecuente de hemorroides es el estreñimiento. El tratamiento incluye mejorar los hábitos defecatorios para mantener unas deposiciones formadas y suaves. Algunas preparaciones comerciales antihemorroidales se encuentran en el mercado para aliviar la congestión venosa local a nivel del ano y producir una mejoría de los síntomas.
Las hemorroides externas producen comezón, tumefacción, se llenan de coágulos lo que se denomina "trombosis" y luego se ulceran produciendo sangrado en las deposiciones y generalmente son muy dolorosas; mientras que las hemorroides internas salen a través del ano y sangran aunque rara vez son dolorosas al menos que se trombosen o estrangulen. En general los síntomas de las hemorroides son las tumefacciones que produce comezón, dolor, hemorragia y secreciones a nivel del ano.
Si tiene este tipo de síntomas acuda a su médico para que se le realice un examen ano rectal adecuado.
El tratamiento tiene un manejo conservador que busca aliviar los síntomas. Se asocia al inicio del tratamiento una dieta pobre en fibras, a productos laxantes para disminuir el tamaño de las deposiciones y ablandando la consistencia de las mismas tratando de no inflamar las hemorroides en la deposición. Localmente son aconsejados, al inicio, baños de asiento de agua fría para disminuir la hinchazón y el uso de ungüentos o supositorios que asocian anestésicos y antiflamatorios tipo cortisona para quitar el dolor y disminuir la inflamación.
Acuda a su médico si un tratamiento local no mejora en 48 horas, ya que probablemente necesite un cambio de tratamiento más radical.
Acuda a emergencia si la tumefacción hemorroidal presenta de manera brusca un dolor insoportable y se aprecia un sangrado y/o una formación como coágulo muy dolorosa. En estos casos es necesario calmar el dolor mediante anestesia local y realizar extracción de la hemorroide trombosada.
Las hemorroides en el niño son muy poco usuales y su presencia más bien nos debe hacer pensar en otro tipo de enfermedad mucho más grave que es la "hipertensión portal", que se manifiesta debido a la trombosis de la principal vena que lleva la sangre al hígado, que es la vena porta. Por lo tanto, todo niño con hemorroides debe acudir a su médico para descartar esta condición.
Una patología frecuente en los niños y que puede ser confundida con hemorroides es el "prolapso rectal" en el cual se produce una herniación o salida de todo el recto a través del ano, generalmente asociada a períodos de diarrea o pujos del niño. Esta condición igualmente tiene que ser consultada con su médico, pero puede mientras tanto aplicar una leve presión alrededor del recto exteriorizado para tratar de introducirlo por el ano.
Otra lesión frecuente en el niño que puede confundirse con hemorroides son los "pólipos rectales" que son nódulos que cuelgan de la mucosa del recto y que se exteriorizan a través del ano. Producen sangrados abundantes luego de cada deposición y no producen dolor. Igualmente estos pólipos deben ser vistos por el médico ya que su tratamiento es la extracción quirúrgica.