SARAMPIÓN
Es una infección viral aguda, muy contagiosa, caracterizada por fiebre, catarro, conjuntivitis, tos y unas lesiones típicas en la mucosa de la boca llamadas manchas de Koplik, seguidas de una erupción en la piel que suele aparecer al cuarto día de la enfermedad.
Como ya se anotó es una enfermedad causada por un virus del tipo RNA que fue aislado en el año 1954, a partir de cultivos de células renales del hombre y del mono. Durante la enfermedad, este virus se encuentra en la sangre, orina y secreciones de la nasofaringe. El período de incubación es de unos 10 días desde el contagio hasta el inicio de los síntomas. El período de contagiosidad máximo va desde unos dos días antes hasta 5 días después de la aparición del brote o rash característico. El sarampión es una causa importante de mortalidad en poblaciones de niños desnutridos e inmunodeficientes. La mayoría de recién nacidos y lactantes están protegidos gracias a los anticuerpos maternos transferidos a través de la placenta, los mismos que desaparecen alrededor del año de edad fecha desde la cual está indicada la vacunación.
Después de unos 10 días del contagio, la enfermedad se anuncia por fiebre y malestar; en 24 horas aparece un catarro inusualmente severo, conjuntivitis y tos. La intensidad de estos síntomas aumenta gradualmente y llega al máximo cuando aparece la erupción en el cuarto día, aproximadamente dos días antes de que aparezca el exantema, se pueden ver las manchas de Koplik en la boca a la altura de los molares. La fiebre cede hacia el final del segundo día de exantema y lo mismo ocurre luego con el catarro y la conjuntivitis.
La fiebre del sarampión asciende en escalones hasta el 5to o 6to día, cuando la erupción llega al máximo, pudiendo llegar a cifras de 39,5 ó 40°C.
El catarro o coriza del sarampión es idéntico al del resfriado común grave. Los estornudos persistentes van seguidos de congestión nasal y secreción mucopurulenta que es abundante durante el brote. Cuando cede la fiebre desaparece el catarro.
La conjuntivitis también puede ser severa, con lagrimeo, se hinchan los párpados y puede haber mucha incomodidad con la luz.
La tos es causada por inflamación de las vías respiratorias y cede gradualmente en unos 10 días.
La erupción, brote o exantema del sarampión aparece en unos 3 ó 4 días de haber iniciado la enfermedad. Se presenta como una erupción con manchas ligeramente elevadas de color rojo. Comienza en la línea de inserción del cabello y se va extendiendo por la frente, detrás de las orejas y hacia el cuello.
Después avanza por el resto de la cara, miembros superiores, tronco y sigue descendiendo hasta llegar a los pies al tercer día. En este mismo orden se va desvaneciendo hacia el cuarto día.
Durante la fiebre los niños sienten mucho malestar, pérdida del apetito, algunos niños pequeños tienen diarrea, y es frecuente ver una reacción ganglionar generalizada.
Debido a la gran reacción inflamatoria que produce la infección por el virus del sarampión, pueden verse casos de otitis media, neumonía, laringotraqueítis, encefalitis, ulceraciones de la córnea, y una rara entidad conocida como panencefalitis esclerosante subaguda.
El manejo va encaminado a aliviar los síntomas. Controlar la fiebre con acetaminofén o ibuprofeno. Ofrecer líquidos frescos con frecuencia y una dieta blanda a voluntad. Evitar los descongestionantes, los medicamentos contra la tos y los antibióticos pues no tienen ninguna utilidad a menos que a criterio del pediatra sean necesarios para controlar una infección sobreañadida.
La vacunación contra el sarampión es fundamental y la única medida preventiva eficaz. Puede administrarse sola a los 9 meses de edad con un refuerzo a los 15 meses, o en combinación con rubéola y paperas a los 12 o 15 meses, y siempre un refuerzo a los 6 a 12 años de edad. Es una vacuna muy segura, con pocos efectos secundarios y de bajo costo frente a los beneficios que acarrea..