Letra
T

TIFOIDEA

La fiebre tifoidea es una enfermedad infecciosa causada por una bacteria llamada salmonella typhi que se caracteriza por un cuadro de fiebre elevada que se presenta en picos sobre todo en la tarde.

Causa

La bacteria se contrae al ingerir alimentos preparados sin normas elementales de higiene, mariscos crudos, o productos contaminados con aguas residuales. El lugar donde predomina la infección es la parte superior del intestino delgado, desde aquí las bacterias que no son destruídas por los glóbulos blancos, viajan en su interior por la circulación sanguínea y pueden alojarse en ganglios linfáticos, hígado y bazo. A partir de estos órganos pueden salir a la sangre, diseminarse y producir siembras en otros lugares como la vesícula biliar                

Síntomas

La fiebre tifoidea suele comenzar gradualmente con fiebre, dolor de cabeza, malestar general, dolores musculares, decaimiento marcado y pérdida del apetito. La fiebre aumenta en escalones durante dos a siete días, hasta unos 40° C en promedio y puede permanecer así hasta que se administra el antibiótico específico. La frecuencia del pulso tiende a ser lenta en relación con la fiebre (normalmente los niños con fiebre tienen un pulso acelerado). En algunos casos hay diarrea, aunque sobre todo al inicio suele ser más frecuente el estreñimiento. Puede haber dolor abdominal. En las fases tempranas de la enfermedad pueden aparecer, sobre todo en el abdomen, unas manchas rosadas pequeñas. Crecen el hígado y el bazo.

Complicaciones

Actualmente, con las técnicas de diagnóstico temprano para tifoidea (cultivos de sangre), que permiten iniciar un tratamiento oportuno, las complicaciones son infrecuentes. Aún así, en niños desnutridos, inmunodeprimidos o en quienes el tratamiento no está al alcance, se pueden ver complicaciones serias.

Casi todas las complicaciones se presentan durante el segundo estadio de la enfermedad (diseminación) y van precedidas de una caída de la fiebre, una elevación de la frecuencia del pulso, y disminución de la tensión arterial. Entre estas complicaciones pueden verse: perforación intestinal con hemorragia digestiva a veces muy intensa; trastornos neurológicos como trombosis cerebrales, encefalopatía tóxica con alteración de la conciencia, sordera y otras. Algunos niños presentan una inflamación aguda de la vesícula biliar (colecistitis), neumonías, pielonefritis, miocarditis, e infecciones de los huesos y articulaciones.

Tratamiento

El manejo de estos niños radica específicamente en el empleo de antibióticos como el cloramfenicol, la ampicilina y el cotrimoxazol. Si se trata de una salmonella resistente a estos fármacos, puede emplearse una cefalosporina de tercera generación. 

Es importante además el control de la fiebre, mantener al enfermo bien hidratado, y con una dieta blanda rica en proteínas.

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